Capítulo 72: el rugido quebrado

La mansión parecía más grande desde que Lucía partió. Sus pasillos resonaban con un eco hueco, como si cada puerta cerrada me recordara su ausencia. No había risas, no había rezos en la capilla, no había susurros suaves que me recordaran que aún quedaba algo humano en mí.

La desterré para protege...

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