Capítulo 76: la marca del traidor

La mansión olía distinta desde la muerte del capitán. El aire estaba cargado de miedo y sospecha, como si las paredes mismas se hubieran impregnado de traición. Cada mirada de mis hombres era un cuchillo escondido, cada saludo una mentira mal disimulada.

Yo no dormía. Vigilaba. Escuchaba. Esperab...

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