Una distracción de proporciones épicas

—¿El lobo de Ayris? —me oigo preguntar antes de poder evitar que las palabras salgan de mi boca—. ¿Cómo es?

—Enorme y sangriento —responde Ludon mientras sigue sirviendo el estofado—.

—Una cosa gigantesca cubierta de pelo negro. Oscuro como la medianoche. Esa cosa da tanto miedo que haría que un h...

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