Aliviar las tensiones

—¡AYRIS! Por favor, no, ¡déjalo! —Me lanzo hacia el antebrazo de Ayris, su rostro exudando una inquietante calma mientras comienza a apretar. Grito horrorizada al ver cómo los ojos de Lance pasan de estar abiertos a prácticamente salirse de las órbitas por la presión que Ayris ejerce en su gargant...

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