Capítulo 198 Cuanto más inalcanzable, más inolvidable

—¡Detente! —gritó Esther—. ¡Ni siquiera has visto a tu padre! ¿A dónde vas? ¡Todavía no estamos muertos!

Emily intervino:

—Mamá, no te enojes. Ella acaba de regresar y debe estar cansada. Déjame llevarla a descansar primero, ¿de acuerdo?

—¿No ibas a ordenar la habitación? —preguntó Josephine—. ¿Po...

Inicia sesión y continúa leyendo