Cinco minutos para vivir

Griffon se quedó inmóvil, escuchando el tic-tac de la cuenta regresiva en su cabeza. Después de que le abrieron el cráneo, le implantaron un chip en el cerebro que monitoreaba cada uno de sus movimientos y palabras. Acababa de alterar el programa para la novena ronda y había pasado por alto la confi...

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