Treinta y seis La despedida

—Sí —dijo Lucille con voz ahogada—. Por favor, mándalo subir. Gracias.

—De acuerdo —respondió Robert, y colgó.

Bien. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿Qué estaba haciendo Dimitri aquí? ¿Por qué de repente actuaba como un ser humano normal cuando podía simplemente flotar hasta su suite y sorp...

Inicia sesión y continúa leyendo