20

Después de que ella caminó a su habitación y cerró la puerta de un portazo, suspiré cansado. Algún día me volvería loco con su actitud.

No tenía problemas en cocinar para ella, todo lo que tenía que hacer era pedirlo amablemente, pero aquí estaba hace unos minutos, haciendo demandas como si trabaja...

Inicia sesión y continúa leyendo