Capítulo CLVI: Deber y felicidad

Los días de Talia en el Gran Palacio estaban definidos por una rutina tranquila. Se había acostumbrado a la grandeza de los pasillos dorados y las escaleras de mármol, al peso de las sedas y los murmullos de los cortesanos. Sin embargo, cada vez que sentía la mirada del Príncipe Heredero sobre ella,...