Capítulo CLXXXIV: No hay trono en el que sentarse

La princesa Alina siempre había sido un faro de calidez y gracia en la corte, amada por el pueblo y admirada por la nobleza. Su matrimonio con el príncipe Zayr se veía como una unión de fortaleza, una alianza destinada a asegurar el futuro del reino. Sin embargo, detrás de la fachada de un matrimoni...