Capítulo XXVII: Pertenecer

Finalmente, el rey giró a Isabella hacia él, dándole la espalda al espejo. Sacó una tiara de la caja, cuyo diseño intrincado brillaba con piedras preciosas verdes. Con un suave movimiento, la colocó sobre la cabeza de Isabella, coronándola con un aura de realeza y gracia, lo cual contrastaba con lo ...