En el principio, capítulo 2: Caminando sobre cristales rotos

Estaba clavada en la cama, el poder que antes solo había probado saturaba mi cuerpo. No era doloroso, sino agotador; mis extremidades temblaban y el sudor empapaba mi piel mientras la energía inundaba mi cerebro. Podía sentir cómo mis células absorbían cada vez más de esa extraña fuerza. Intenté mir...