En el principio, capítulo 69

—¡Charlie! ¡Detente! —Me arrastró hacia la hoguera más cercana, donde no había nadie alrededor, hasta que el rugido de las llamas pudo ahogar nuestras voces—. No te avergüences, me pusiste en mi lugar, como una verdadera Luna —susurró contra mis nudillos mientras los besaba suavemente—. ¿Tienes idea...