En el principio, capítulo 41

Me desperté en nuestra cama; la barba de Daniel me hacía cosquillas en la piel mientras besaba mi hombro y mi espalda.

—Despierta, necesitas comer algo —murmuró, sin despegar sus labios de mi piel.

—Pero está tan suave, cómodo y cálido —me quejé, deseando nada más que dormir hasta que tuviera que ...