En el principio, capítulo 57

Me desperté con Daniel tecleando en su teléfono, el aroma celestial del café llenaba la habitación. Me giré para mirarlo, mientras él fruncía el ceño concentrado, mirando la pantalla.

—¿Qué hora es? —pregunté, ya que la habitación oscura no me daba ninguna indicación.

—Las 6:45 —respondió Daniel, ...