Capítulo 37

El trayecto al restaurante fue tranquilo, tuve que reprimir una risita cada vez que él gruñía y se reajustaba. El hotel donde se hospedaban el Sr. y la Sra. Lowenstein se veía muy bonito, o al menos el vestíbulo lo era, moderno sin ser frío y estéril. Nos reuníamos en el restaurante del hotel por su...