Capitulo 9

Pasaron varias horas más antes de que otro pequeño toque en la puerta la despertara de aquel mundo financiero que no lograba comprender. Dejó los documentos a un lado y dió la autorización para entrar. Una cálida sonrisa se instaló en su rostro cuando vio que era Erika, su nana.

—Hija mía, tienes u...

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