Temblando de temor

A las doce y media en punto, el coche de Gretta se deslizó sigilosamente por las calles empapadas de Madrid. La lluvia creaba un velo que distorsionaba las luces de la ciudad, convirtiéndolas en borrones de colores que pasaban rápidamente.

El silencio dentro del vehículo era casi absoluto, solo rot...

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