Capítulo 22

—Oh, por Dios, pareces una campesina— la Reina Edeline frunció el ceño tan pronto como me vio.

—Ese ceño te hace ver más fea de lo que ya eres, pero nunca me oyes quejarme—. Estoy en el porche, y no sé qué me pasará; normalmente, solo evito sus puyas, pero hoy. Ignoro lo que me detenía de darle res...

Inicia sesión y continúa leyendo