Ochenta y siete

Revolví la salsa suavemente, dejando que el aroma del ajo caramelizado y el romero llenara la cocina. La pasta estaba casi lista, y el salmón dorado a la perfección. Había pasado gran parte de la mañana preparando todo—cortando, sazonando y revisando las porciones. Durante la última semana, se había...

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