capítulo 38

—Puedes descontarlo de lo que gano—. Tomé su billetera y saqué varios billetes antes de empujársela de nuevo contra el pecho y moverme hacia el hombre en la silla. —¿Señor?

El hombre era mucho más joven de lo que había pensado al principio, y cuando me acerqué, pude oler que estaba tan sucio como p...