Capítulo 53

Dos días después de esa experiencia aterradora, Erin estaba sentada sola en la cabaña de las mujeres cuando Rowana entró corriendo con la cara llena de lágrimas y completamente histérica.

—¡Estoy en problemas! —dijo a Erin—. ¡Mi vida ha terminado!

—Cálmate, Rowana. Dime, ¿qué pasa?

Rowana miró a ...

Inicia sesión y continúa leyendo