Qué debo hacer

Ella

Los ojos de Ryatt están tan llenos de calor que mis dedos de los pies se curvan en mis botas mientras lo miro, tratando de mantener el ceño fruncido en mi rostro. Se inclina cerca, susurrando en mi oído:

—¿No acabo de venirme dentro de ti hace solo unas horas?

Un escalofrío recorre mi colu...