Sin segundas oportunidades

Ryan

Dejo a Aviva en el dormitorio y salgo inmediatamente al aire fresco y lluvioso de la mañana. Me agarro a la barandilla del porche y bajo la cabeza, tratando de calmar mi corazón desbocado. No puedo ir al pueblo así. Apenas puedo caminar en línea recta con este dolor entre las piernas, pero seg...