Por fin ha terminado

Misty

—Todos están bien— les digo a Lexa y Addy, colocándolos en el centro de la cama de Ryan, uno al lado del otro. Ambos bebés me miran con el ceño fruncido: Lexa, por no ser su madre, y mi propio hijo por prestarle atención a otro bebé.

El rostro de Lexa se arruga. Infla sus mejillas en amenaza...