Tendrás que matarme primero

Marianna

Skye está dormida, con su cuerpo acurrucado alrededor de tres de sus peluches favoritos, cuando entro en su habitación y apago la luz nocturna que proyecta estrellas en todo su techo. Una suave brisa susurra a través de las gruesas cortinas que cierro silenciosamente antes de arroparla por...

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