Probado

Kaleb suelta mis muñecas, pero estoy sin fuerzas mientras traza una línea por la columna de mi garganta con su lengua. Está arrodillado en la cama con mis piernas abiertas sobre sus muslos. Sus enormes y cálidas manos acarician mis piernas, arrugando la tela de mi vestido hasta que se acumula alrede...

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