Nuestro secreto

Hestia jamás había tardado tanto en lograr seducir a un hombre. Era tiempo de enrollarlo a ella, para que no se pueda escapar, hasta la fase final de su plan. Dejó las pesas en sus sitios, y se dio media vuelta, sin soltarse del agarre de su lindo chico. Encaró a su tierno conejito, que se veía tan ...

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