Diosa soberbia

Hestia se mantuvo perpleja e inerte en el sillón. Eso era todo lo que deseaba; la confesión de Heros hizo estremecer cada parte de su cuerpo; desde las fantasiosas mariposas de su estómago. Sus dedos de los pies se recogieron; tuvo que apretarlos para resistirse ante la avalancha de emociones que in...

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