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Todavía podía sentir el ardor de la mano de Joel en mi mejilla, su mirada furiosa grabada en mi mente. No importaba cuántas veces reprodujera la escena en mi cabeza, no podía sacudirme la sensación de sorpresa, de traición. Había ido demasiado lejos. Había subestimado cuán profundo era su enojo, cuá...

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