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BRANDON

Dios, no. ¿Qué he hecho?

No hay nada más que pueda hacer que alejarla. Solo intento soportar la angustia que siento en el pecho cuando ella está cerca de mí. Me gusta la sensación de su piel, su calor, la expresión en su rostro cuando sonríe...

Pero maldita sea, todo me quema. Aún no pue...