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Toco la puerta de una vieja casa adosada, y una mujer de cabello rubio oscuro aparece en la entrada. Sonríe al vernos, pero la felicidad en su rostro rápidamente se desvanece y se convierte en confusión.

—¿Jason? —dice.

Jason frunce el ceño.

—¿Mariel?

—¿La conoces? —le pregunto.

—Sí, está en la...