15. Damon en mi cama.

No sé cómo llegó hasta acá. Solo sé que está en mi puerta, con su chaqueta de cuero, su sonrisa ladeada y esos ojos que pueden hacerme olvidar cómo se respira.

—¿Vas a invitarme a pasar o querés que te saque la ropa acá mismo? —murmura con voz rasposa.

Le abro. Claro que le abro. Cómo no lo haría si...

Inicia sesión y continúa leyendo