La gran huida de Erick y Alina

ALINA

—¡Estoy harta de esto!— Cerré de golpe el enorme libro y lo habría lanzado al otro lado de la habitación si hubiera tenido la fuerza para levantar esa maldita cosa.

Emiel bajó sus gafas por la nariz para presenciar mi berrinche antes de volver a enterrar su nariz en otro libro. Realmente no ...

Inicia sesión y continúa leyendo