CAPÍTULO DIECISIETE

ISABELLA

Su pregunta me desconcierta.

—¿Qué? ¡No! ¿Cómo puedes pensar eso?

Su rostro es tan duro como el acero y la manera en que me mira me asusta.

—No quiero acostarme con Rocco, te lo prometo.

Pongo toda la sinceridad que puedo en esas palabras, él necesita creerme. Se rasca la cabeza y gruñ...

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