CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO

—Tengo que irme —dice Isabella mientras la beso.

—Uno más y luego puedes irte —digo.

Ella ríe—. No. He decidido reabrir el restaurante, así que necesito empezar a hacer planes para eso.

Dejo de besarla y me recuesto en mi asiento.

—¿Cuándo decidiste eso?

—Hoy, cuando fui allí. Me recordó para q...

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