CAPÍTULO CINCUENTA

Mi teléfono suena en el momento perfecto y me levanto para contestar. Es Ocean y sonrío, ha pasado un tiempo desde que hablamos.

—Hola, ¿cómo estás?

—Estoy bien. ¿Espero no estar molestándote?

Miro a Isabella, que se ha quedado quieta. Esto es, esta es mi manera de poner la distancia tan necesari...

Inicia sesión y continúa leyendo