CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS

—¿Le dijiste a Isabella que yo era tuyo?

Los ojos de Ocean están abiertos de par en par por la sorpresa. Si no fuera una situación seria, su reacción sería graciosa.

—¿Qué? ¿Por qué me acusaría de algo así? Apenas la conocí.

—Esa no es la maldita respuesta a mi pregunta. ¿Le enviaste la foto que ...

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