CAPÍTULO SETENTA Y CUATRO

ISABELLA

Me despierto feliz y mojada. Anoche, no esperaba ver a Melo debido a cómo dejamos las cosas y estaba esperando que llegara a casa para poder ir a su habitación a hablar con él al respecto. Cuando abrió mi puerta con determinación, me excitó muchísimo, pero aún así logré protestar, al menos...

Inicia sesión y continúa leyendo