CAPÍTULO 48

—Brayan— murmuré incrédula. Estaba aquí. Estaba parado frente a mí. Se sentía irreal. Me apresuré hacia él y lo toqué solo para asegurarme de que realmente estaba aquí.

Las lágrimas nublaron mi visión.

—¿Por qué tenías tus manos sobre ella?— se movió hacia Edel.

—Es mi prometida. Tengo derecho a ...

Inicia sesión y continúa leyendo