CAP. 170

Morgan me observaba, entrecerrando los ojos.

—¿Tsuneo?

Acercé el agua, dejando que una sola gota corriera sobre mis dedos. Dejó una fina película aceitosa a su paso, casi invisible en la poca luz, pero inconfundible.

—Esta agua ha sido adulterada —dije, con la voz tensa—. Hay veneno aquí. Y... al...