CAP. 37

Morgan

Desorientada. Eso fue lo primero que registré. Mi cabeza latía con un dolor sordo que pulsaba al ritmo de mis respiraciones entrecortadas. No me atreví a abrir los ojos, pero el perfume que flotaba en el aire era suficiente para decirme que estaba de vuelta en el palacio.

—¿Tsuneo?

—Estoy...