CAP. 46

Tsuneo

Una sonrisa juguetona se dibujó en sus labios.

—Es verdad —admitió—. Pero, ¿puedes al menos darme una pista? Siempre y cuando no sea otro Ari...

Fingí un jadeo, colocando una mano sobre mi pecho.

—¡Morgan! Me hieres. ¿No es suficiente emoción para toda la vida?

Su risa llenó la habitaci...