Capítulo 35 35

—¡Mierda! —grito. ¡Eso duele, joder!

—¡Dios, qué apretada estás! —resuella—. Deja de resistirte, Addison. ¡Relájate!

Yo jadeo mientras me sumerjo en algún punto entre el dolor y el placer. La plenitud que siento es indescriptible, el dolor es intenso, pero el placer..., no hay palabras para desc...

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