Vincenzo

VINCENZO

No sabía cuánto tiempo estuve mirando el banco. Eso era lo que menos me preocupaba.

Todo lo que podía ver en mi mente era a Rina, riendo mientras ese hijo de puta la manoseaba. Su risa no me molestaba tanto como su indiferencia. No le importaba que su cuerpo fuera manoseado, exprimido, ¡u...

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