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Alimceceg esperó paciente la llegada de alguna noticia respecto al robo y después de lo que pareció mucho tiempo, por fin las recibió.

La noche se había hecho fría y muy oscura. Cuando el señor Yul ingresó a su habitación sigilosamente.

—Ya lo hicieron —le avisó al oído—. Es hora de salir, señora.

A...