Confusiones del corazón

Ya se encontraban en el auto, Lorenzo conducía sintiéndose un poco nervioso al igual que Estefanía. Pero había una emoción entre ambos que no podían explicar. La atracción era mutua.

—¿Y a dónde vamos a comprar las cosas que te encargó tu madrina? —preguntó Lorenzo, mirando a Estefanía con curiosida...

Inicia sesión y continúa leyendo