ESPEJOS ROTOS

El corazón de Toma golpeaba contra sus costillas como un animal atrapado. Los ojos de Orien—negros y vacíos—no reflejaban nada del hombre que ella conocía. La sonrisa torcida en sus labios no era la suya. Era algo más. Algo oscuro.

—¿Orien?— Su voz apenas se elevó por encima de un susurro, tembland...

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