CUARENTA Y SEIS. LA PARANOIA DE SHANE

—Toc, toc...

—Oh, mi futura cuñada está aquí —exclamó Caleb entusiasmado.

Estaba sentado con la espalda apoyada en el cabecero, frente a una bandeja de almuerzo a medio comer. El hombre saludó a Cammila como un niño que acababa de conocer a su ídolo.

—Oye, cuida tus palabras —Jordyn le dio un lig...