CINCUENTA Y CUATRO. LA PARANOIA DE SHANE

—Uf, Sarah. Creo que parecemos dos pequeñas prostitutas, en lugar de dos chicas jóvenes que van a una fiesta de cumpleaños.

—Estoy bien con eso. No te quejes tanto. Nuestra apariencia es perfecta. Somos dos mujeres calientes y sexys. Míranos.

Sarah jaló del hombro de Cammila para ver el reflejo de...